
Yokoi Kenji - “En Japón Aprendí a No Quejarme, en Latinoamérica Aprendí a Sentir”
12 de mar de 2025
En este episodio, Juan Pablo Raba, en colaboración con Celia, líder en el cuidado de la salud mental en Latinoamérica, presenta "Los Hombres Sí Lloran", un podcast que busca explorar y desestigmatizar la salud mental masculina. Juan Pablo comparte sus experiencias personales y las complejidades de vivir entre dos culturas: la colombiana y la japonesa, y cómo estas han influenciado su entendimiento de la salud mental.
Capítulos
Introducción Personal
Juan Pablo Raba inicia el podcast hablando sobre su vida entre las culturas colombiana y japonesa, y cómo esto ha influido en su percepción y experiencias con la salud mental.
Crisis de Identidad y Salud Mental
Kenji Yokoi comparte su lucha interna al encajar en dos culturas diferentes, su rol como puente entre ambas y cómo esto impactó su salud mental, especialmente durante su infancia en Japón.
El Suicidio en Japón y su Impacto Personal
Yokoi revive la experiencia traumática del suicidio de su amigo Shoji en Japón, lo cual despertó en él un fuerte deseo de prevenir el suicidio y desafiar la cultura de silencio emocional.
Las Dinámicas Culturales en Japón y Latinoamérica
Discuten sobre las diferencias en la expresión emocional entre las culturas japonesa y latinoamericana, cómo estos dos mundos extremos afectan la vida de Kenji, y su trabajo en sensibilización sobre el suicidio.
Terapias y Soluciones Culturales
El podcast explora las soluciones terapéuticas integradas por Kenji y sus esfuerzos por traer japoneses a Colombia para experimentar la calidez y resiliencia de la cultura latina.
Reflexiones sobre la Familia y la Crianza
El relato de Kenji sobre cómo las expectativas culturales influyeron en su crianza y ahora en cómo él cría a sus propios hijos, intentando equilibrar la disciplina japonesa con el calor latino.
La Búsqueda Personal y el Equilibrio Emocional
Kenji habla de sus terapias y su viaje personal en la búsqueda del equilibrio emocional, incluyendo su fase de correr maratones como forma de escape y la importancia de la terapia y la música en su vida.
Conclusión
El episodio concluye con un llamado a la importancia de abrir espacios de conversación sobre la salud mental, especialmente entre hombres, afirmando que admitir la vulnerabilidad puede ser una fortaleza significativa. Se subraya la necesidad de equilibrar lo mejor de cada cultura para mejorar el bienestar emocional.
Menciones
- (Persona) Juan Pablo Raba
- (Org) Celia
- (Lugar) Colombia
- (Lugar) Japón
- (Persona) Kenji Yokoi
- (Concepto) salud mental
- (Concepto) cultura japonesa
- (Concepto) cultura latina
- (Persona) Shoji
- (Org) Capella University
- (Org) Celia
- (Cita) Los hombres sí lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza.
- (Evento) suicidio en Japón
- (Lugar) Ciudad Bolívar, Bogotá
- (Obra de arte) Las pinturas de Salvador Dalí
- (Lugar) El Dorado, Bogotá
- (Concepto) suicidio
- (Persona) Yuta
- (Persona) Kusano Tsuyoshi
- (Persona) Kenji David
- (Concepto) equilibrio emocional
- (Concepto) terapia psicológica
- (Concepto) crisis de mediana edad
- (Obra de arte) Las obras de Haruki Murakami
- (Lugar) Ciudad Bolívar
- (Lugar) Yokohama
- (Lugar) Fresno, Tolima
- (Lugar) Strayer University
- (Concepto) estereotipos masculinos
- (Concepto) suicidio en el contexto japonés
- (Org) Universidad de Capella
- (Org) H&R Block
- (Org) Jack Welch Management Institute
- (Org) YMCA
- (Persona) Víctor Abril
- (Lugar) Figueres
- (Lugar) Cap de Creus
- (Persona) Salvador Dalí
- (Lugar) Tokio
- (Lugar) Ciudad Bolívar
- (Lugar) México
- (Org) YMCA
- (Persona) Hirokazu
- (Lugar) Costa Rica
- (Lugar) Panamá
- (Persona) David
- (Persona) Keigo Daniel
- (Obra de arte) Las canciones de Joe Arroyo
- (Obra de arte) Las canciones de Diomedes Díaz
Imagina lo posible cuando el aprendizaje no se llega a la forma de la vida. En la Universidad de Capella, nuestro formato de aprendizaje de la manera flexibla que cambia el juego te permite establecer tus propios términos para que puedas aprender a un tiempo y un ritmo que te sirva. Es una educación que puedes alinear con tu plan. Eso significa que no tienes que poner tu vida en marcha para perseguir tus objetivos profesionales. En lugar de eso, disfruta de aprender de tu manera y ganar tu doctorado sin perder un ritmo. Un futuro diferente es más cerca de lo que piensas con Capella University. Aprenda más en capella.edu. ¡Gracias! Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a Celia, plataforma líder en Latinoamérica para el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal mientras yo navego por una crisis de mediana edad y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional. Junto a Celia, cada miércoles traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda. Los hombres y lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. En primer lugar, gracias. Gracias de todo corazón. Sé que estás muy ocupado y sé que realmente organizaste tu tiempo para poder estar acá con nosotros. El placer es mío. Sí estoy ocupado, pero no tanto como para no venir a tener un encuentro con Juan Pablo Rao. No tanto, no tanto. Una alegría estar aquí. No, gracias. Para mí realmente, yo lo digo y es que a mí me emociona mucho que la gente quiera venir a hablar. Hablar de un tema además como es la salud mental, la salud mental masculina. Un tema que pues para nosotros es tan importante, tan relevante, que creo que hemos descubierto además que lo es para muchísima gente. Entonces poder tenerte a ti, una persona como tú, acá, quiero que sepas que es un gran honor y lo agradecemos mucho. Gracias. ¿Cómo te gusta que te digan? Por ser colombo-japonés, tener dos culturas tan marcadas, porque se dividieron muy bien mi vida en los dos países, eso es casi, ahora es una bipolaridad, ¿sabes? Sí. Yo siento que el colombiano que hay en mí se llama Kenji, y el japonés que hay en mí se llama Yokoi. Entonces cuando mi esposa me dice Kenji, Kenji, Kenji, ya no me dice Yokoi con ese es mi apellido yo no lo escucho a veces pero ella sabe si es en serio dice yo con el japonés que escucha pero a lo lejos y todos le dicen y porque le hace más caso de que no es que ese es el japonés cuando es en serio toca llamar el campo y que dicen el latino el niño el alegre el que yokoi es el latino, el niño, el alegre, el que... Yokoi es el que se deprime, Kenji es el que sale a salvar, venga yo arreglo las vallas. ¡Wow! Ok, ¿por qué el que se deprime? ¿Tiene que ver con la cultura? Sí, yo soy colombiano, soy latino, no soy japonés, el japonés es mi papá. Yo nací en Colombia y crecí en Panamá, Costa Rica, mundo hispanohablante, al lado de un padre japonés que no habla. Pero cuando llegamos a Japón, él comenzó a hablar más de lo normal, como dándome indicaciones, estamos en Japón y aquí debe comportarse de esta manera. O sea que mientras estaban en Latinoamérica no hablaba mucho tu papá. No, más bien él era acoplándose a la cultura, era como el japonés queriendo ser latino, sonriendo mucho, aprendiendo a abrazar porque la familia por parte de mamá todos lo querían abrazar y todo, pero cuando llegó a Japón su cambio fue drástico. Él dijo, llegamos a mi territorio y fue un cambio muy fuerte, que generó muchos conflictos con mi madre, pero digamos que ahí él se día con ella, pero conmigo no. Conmigo dijo, usted sí. Japonés, japonés, japonés. Va a ser japonés. Y aquí, si usted está muy feliz, no se ría mucho porque si alguien está triste le afecta su tristeza y debe respetar la tristeza y si usted está muy triste tampoco se queje mucho porque puede haber alguien alegre y le afecta su alegría o sea o sea sobrio y sus emociones y ahí para allá comenzó una estructura cultural que tuve que enfrentar que me ayudó mucho paradójicamente porque yo fui un niño muy llorón yo si lloraba a mí si me dejaron llorar y si no lloraba yo lloraba y me iba y me escapaba y yo fui muy emocional soy muy emocional y llegó una cultura que me da equilibrio yo soy un hombre de perros, me fascinan los perros pero cuando llegué a Japón no hay perros en las calles no hay ninguno no es que se los coman, no hay los perros son costosos, los perros son un lujo lo que si hay en Japón son gatos, y para mi fue entrar a un mundo como que no hay ni perros para costosos, los perros son un lujo, lo que sí hay en Japón son gatos. Y para mí fue entrar a un mundo como que no hay ni perros para acariciar. Bueno, por lo menos hay gatos, pero los gatos tienen ese discurso emocional de no, se me acerque, yo me acerco. Yo me acaricio solo y si usted me quiere acariciar, no. ¿Qué le pasa, niño latino era como que yo salía en las noches muy triste por la cultura y veía gatos y sabía que no podía ir a ver a tener que da tenía 10 años ahora chiquito sí y era muy hablador hablaba mucho pero llegué a un país donde tuve que guardar silencio unos dos años solo mirando cómo se comportaban que hacían, entendiendo el contexto un papá que no habla sino para regañar y decir eso no se hace, aquí no es así un papá educador completamente sí, sí, japonés estricto y bueno, yo creo que ahí se fue formando en mí Yokoi porque en Japón nunca me han dicho Kenji, porque mi nombre es Kenji pero allá se usa el apellido como en el ejército, uno nunca tiene un teléfono diciendo habla con Kenji, habla con Yokoi, y espera que el remitente diga cuál de los Yokoi, el hijo mayor, la lista en el colegio, todo es Yokoi, Yokoi, todo es Yokoi, entonces se formó yo creo que en mí ese Yokoi, disciplinado, sobrio, muy respetuoso, pensante, antes de hablar y por ende muy depresivo, existencial, dado a pensar mucho en la muerte, como un tipo de descanso, como algo honorable, todo muy samurai, todo muy dado a sentir culpas y asumirlas, eso es muy de la cultura japonesa. Wow, sí, Japón sufre por ejemplo de algo llamado karoshi, las empresas tienen que hacer reuniones, decirle a los empleados trabajen pero no exageren, porque ustedes trabajan demasiado y se enferman, algunos se han muerto por exceso de trabajo y nos culpan a nosotros como empresa. Un país donde la gente se entrega así por la empresa, son personas que asumen la culpa de raíz y piden perdón de corazón y se dan muy duro. Y Ocoi se volvió una persona así, muy así, seguro es mi culpa, seguro yo no lo hice bien, seguro fui yo, seguro, todo tiene la tendencia a sumir y a responsabilizarse. Al punto que me hacía daño y menos mal, me salvaba, que dentro de mí estaba Kenji. Y hablaba en la terminología de mis primos, de mis tíos, diciéndome, sea huevo o qué, pero eso escuchar eso en japonés como, oiga, sí, ¿no? Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí la situación era tan crítica, lo aprendí a hacer, hablar fuerte en japonés y decir, no me voy a enloquecer por usted, no más, ya les pedí perdón una vez, no me jodan más, pero ese era Kenji que salía a salvar la patria y aprendí a respetar al latino que había en mí, porque amigos japoneses se quitaron la vida, sí, y eso a mí me afectó mucho. ¿Cinco amigos? ¿A qué edad más o menos? De los diez que llegué a los dieciocho, cuatro de ellos en las instituciones educativas que yo estaba, o si no era la mía, era la del lado, y uno de ellos un colombo japonés, igual que yo. Uno de ellos, un colombo japonés, igual que yo. Y esto porque el sistema japonés penetró mucho en ellos, se volvieron muy japoneses. Y bueno, uno de los flagelos de Japón, en medio de tantas virtudes que tiene, maravillosas, uno de sus problemas, situaciones complejas, es el índice tan alto de suicidio. En mi época, 32 mil suicidios por año. Uno de ellos, un joven llamado Shoji, senpai, es decir, un superior. Yo le tenía una envidia terrible a él, porque jugaba muy bien basquetbol, porque era alto, porque era muy guapo. Acaba de pasar San Valentín, en Japón también. El día de San Valentín, la costumbre japonesa es que les dan chocolates a los muchachos, las niñas a los hombres, el pupitre, el escritorio de él en la escuela, repleto, yo no tenía ni un venido de chocolate por ser el extranjero, y este hombre jugaba a basquetbol súper bien, tenía un grupo de fans en la escuela y le escribían cosas en los periódicos del muro que hacían en Japón. Publicaban sus éxitos y yo tenía que pasar por la casa de él todos los días a mi casa y él tenía conejos. tenía conejos y yo decía cómo pueden tener conejos en un jardín este bendito y esta casa no japonesa no el tejado sino estadounidense el estilo de pago para que la hicieran así no igual a todas cuánta plata tienen así que la vida de este hombre es perfecto pensamos y yo siempre miraba los conejos y pensaba deben ser suavecitos ganas de rob ganas de robarme uno, irme para la casa a dormir abrazado, llorando en mi miseria, de la envidia, y ahí mismo yo me paré en un día de lluvia como hoy, cuando él se quitó la vida, se tiró al tren, solo fueron al funeral los amigos invitados, el maestro lo anunció por un televisor, casi no lloraban los japoneses, algunas niñas lloraban, casi el resto no y eso me impactó, a mí se me escurrían las lágrimas. Yo fui a su casa donde yo siempre sentí envidia y me paré ahí a sentir una culpa terrible por haber, a sentir una culpa terrible por haber... Nunca le hablé. Solo lo envidié. Solo me paraba y ahora tenía... Los conejos no salieron. Me imaginaba a los papás mirando al aire en algún lugar de la casa. Y eso jamás lo he podido olvidar, Juan Pablo. Nunca. De ahí nació mi deseo de combatir el suicidio. ¿De ahí, de ese momento? De ese momento. Yo dije, debo hacer algo. Y mi solución, eso fue un deseo muy orgánico, muy empírico, una situación de, no voy a dejar que ningún conocido se vaya sin por lo menos yo decirle, está bien, porque yo soy latino y hay este tipo de música y tengo esta comunidad y podemos ir a una fiesta y los latinos siempre están haciendo alguna locura, alguna cosa, siempre los están regañando en Japón, siempre están haciendo algo indebido, incluyendo mi mamá, está por allá hablando muy fuerte, poniendo música donde no debe y todo, pero no se van a suicidar, entonces de ahí nació ese tema de no sentir vergüenza por mi cultura latina, sino aferrarme a ella y entender lo importante que era ser tan emocional, tan llorón. ¿Cuántos años tenías? ¿Cuándo eso pasó? 15 años. Sí, él tenía 16 cuando se lanzó al tren, porque no entró a una buena universidad. Y de ahí, Kenji Yokoi. ¿En índices en Japón se quitan más la vida hombres o mujeres? Estoy seguro que los hombres. No tengo el dato exacto, pero estoy seguro que sí hombres no tengo el dato exacto pero estoy seguro que sí echen una revisadita pues a la estadística mundial dice que es 8 de cada 10 son masculinos no sé cómo entra como entra japón ahí pero si esas es la estadística y esa estadística es tal vez una de las razones por las que estamos justamente haciendo esto. Y es que cuando yo vi esa estadística dije algo va mal. Si supuestamente somos los fuertes y los que podemos con todo, esta matemática no me da. Sí, y una de las razones es esa, es que si aquí, en Colombia, en Latinoamérica de todas maneras se siente un poco ese tema de somos machos, somos fuertes, ni se compara con Japón en realidad, aquí por lo menos los hombres abrazan cuando saludan, abrazan cuando saludan. Antiguamente uno veía en los aeropuertos, de niño recuerdo, en el antiguo aeropuerto del Dorado, yo veía a las personas despedirse ahí, los hombres le daban besos a sus hijos y eso yo lo recuerdo mucho, un beso, chao papá, chao, todavía por supuesto hay hijos que, pero eso, pues yo viajé a Japón con 10 años nunca más lo volví a ver mi padre es un japonés y él da la vida por mí muy fácil es que para él morir es un samurái entonces el tema de suicidarse no es solo depresivo es una cuestión de honor si yo le digo necesito que muera por mí él lo. De pronto hasta ni pregunte por qué. ¿En serio? Sí. Pero si yo le digo, déme un abrazo, me va a decir, no, no exagere. Tampoco hasta allá, loco. Dígame que yo me haga el harakiri, pero un abrazo es muy incómodo. Suicidarse es más fácil. Es una cultura donde son así. Pero tengo un amigo en Japón, el señor Yuta, él me contó que cuando regresó a casa vio a su padre muerto, mi padre falleció y como le parece que regresé a casa y estaba en el piso atendido, entonces yo me agaché y lo cargué y lloré japoneses obviamente lloran también es distinto en los momentos lloran hasta por un partido de béisbol y todo pero en ese momento él me dijo yo yo grité papá te amo y eso a mi me generó mucha curiosidad. Espera, espera. En Japón no usan la palabra te amo. Existe, pero... Esa cuñada del extranjero, porque aquí en Japón no se decía te amo. Y menos entre hombres, menos por qué le dijo te amo a su papá. Me dicen, no sé. No sé, me dijo. Pero yo grité. Voy allí. No sé, no sé, pero yo perité. a esas personas que mantienen la piel que aún es más clara en un año con dosis mensuales. o que no pueden usar terapias tópicas. EBCLIS puede ser usado con o sin esteroides corticosteroides tópicos. No lo usen si estás alérgico a EBCLIS. Reacciones alérgicas pueden ocurrir que pueden ser severas. Problemas de ojos pueden ocurrir. Dile a tu doctor si tienes problemas de ojos nuevos o más. No deberías recibir una vacuna viva cuando estés tratado con EBCLIS. Antes de empezar EBCLIS, dile a tu doctor si tienes una infección parasítica. ¿Cerca de una realidad real? Dile a tu doctor sobre EBCLIS y visite ebclis.lily.com o llame a 1-800-LILY-RX o 1-800-545-5979. El Instituto de Manajería de Jack Welch en la Universidad de Strayer te ayuda a ir de Yo sé el camino a Yo he llegado con nuestro MBA de online de 10 en el top 10. Ganar habilidades que puedes aprender hoy y aplicar mañana. Estás listo para ir de hacer que suceda a hacer que suceda y seguir luchando. Visita strayer.edu.com.jackwelchmba para aprender más. ¡Wow! ¿Cómo es la palabra? Aishiteru. ¿Aishiteru? Aishiteru. Aishiteru. Y hoy allí es como viejo. Hoy allí, Aishiteru. Y eso me quedó también marcado usted le dijo así a sus papás o sea que es posible que los japoneses se sientan ganas de decirlo pero les es difícil en vida, ya muerto no les da pena y lo dice porque lo necesita decirse ah bueno entonces son cositas que se quedan grabadas en mí y que yo genero estas conversaciones con los japoneses y me dicen, sí, sí, puede pasar. Ok, ¿y por qué esperar que muera? ¿Por qué no? ¿Por qué no envía? Sí. Y una vez hice un grupo de japoneses, todos hombres, donde teníamos la promesa de llegar a Japón y decirle, te amo, papá. Eso fue tan difícil. Y yo que me inventé la vaina, fui el último. Me costó tanto. Porque uno me llamaba, se lo dije, le dije. Pero uno de ellos me dijo, es que con lo del tsunami, ellos se fueron a protegerse del tsunami por allá en un búnker y en el búnker Oscuras, mi amigo Kusano Tsuyoshi miró a su papá y le dijo, no sabes que tengo una promesa que cumplir, si nos morimos no me puedo morir sin cumplirla porque usted sabe somos samuráis sí diga que no que yo lo amo y el papá le escuchó y no se supo responder y le dije no pero él me escribió esa carta fue hermoso mi padre me dijo no podemos estar aquí escondiendo somos hombres vamos a ayudar a la gente y salió a ayudar a las personas después de que le dijo te amo pues él me cuenta eso yo lloré, pero me decía ¿y a usted cómo le ha ido? y yo mi padre sufre una trombosis está en un hospital y yo voy y el médico me dice que debo hacerle masajes en la mano porque se le paralizó medio cuerpo. Y está ese ambiente raro. Es mi papá, pero es un japonés. Es una cosa en silencio. Y su mano se ve blandita, suave, porque su músculo, ¿sabe? Está dormido todo. Y me dice usted, salen muchos videos últimamente, su mamá me muestra que es lo que está haciendo no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, por eso? Es que no llega, Leo. Y se generó esa conversación y le dije, fue tan difícil, me acuerdo. Es difícil recordarlo. Nunca se lo dije, pero lo amo mucho. Ángel. ¿No se lo dijiste? Sí, se lo dije. Ah, ya, ya. Le dije, nunca lo dije, papá, pero tengo que decírselo. Yo a usted lo amo mucho. Y le expliqué como su dureza y todo lo que me enseñó. En Colombia estaba, yo odié toda esa disciplina, odié todo en Colombia. Estaba siendo manantial para muchos niños decir, tengo que ser inteligente solo de ser disciplina. Pero fue al mismo tiempo tan incómodo y yo comencé a llorar y él se le agarraron los ojos y comenzó a llorar y yo me tuve que parar y no soporté el momento. Y entonces ya llamé a mis amigos, ya lo logré. Cumplí mi promesa de decirle te amo a mi padre, todo por ese amigo que se lo dijo cuando estaba que belleza ¿y alguna vez te volvió a mencionar el tema a tu papá? no pero es que me fluye esta silla tiene algo el ambiente no sé tiene algo son las sillas son las sillas sí es póngale cuidado este gracias este derrame que le dio a mi padre Juanpa le paralizó la mitad del cuerpo y el doctor nos dijo debo advertirles él se va para la casa y todo pero sus emociones se van a maximizar no es como así si él se ponía bravo se va para la casa y todo, pero sus emociones se van a maximizar. ¿Cómo así? Si él se ponía bravo, se va a poner más bravo que nosotros. Eso es imposible. No puede ser, en serio. No creo que Chista es un nivel peor a lo que se ponía. Se va a poner... Bueno, por lo menos va a ser por cualquier cosa, por cualquier estupidez. Pero cuando se emocione, también va a llorar por cualquier cosa, por cualquier estupidez. Pero cuando se emocione, también va a llorar por cualquier cosa. No puede ser. Y mi padre, pues, está torcido. En la familia tenemos ese chiste cruel, ¿no? Porque sí somos latinos, ¿no? Tanta disciplina y se torció al final. Y vean, yo que sigo el torcido de la familia, vean. Pero lo increíble es que, ¿por qué está llorando? Por el gatito. ¿Cuál gatito? Ese gatito de la televisión Portal by the World. Y es muy cómodo que yo digo, se va a poner bravo, va a ver que lo estoy llorando, no importa, él llora y se ríe a carcajadas y uno dice, caramba, no deseamos una trombosis, pero qué maravilla, es como si ahora fuera más latino que antes, ahora se ríe, suelta la carcajada, llora por cualquier cosa, es tan bonito ir a verlo porque es tan humano en comparación a mi infancia, al papá que es otro. Después de la trombosis. Lo que sí no quiso fue salirse del trabajo. Como es un samurái, entonces se iba con un bastón y ahora salgo más temprano. Pero no me voy a pensionar. Seis años más trabajo así. Hasta que no cumplió la edad que era, entonces sí, se pensionó. Y ahora está con mamá. Ell ellos viven juntos en un pueblo. ¿En Japón? Sí, mi madre es colombiana del Tolima, del Fresno Tolima. Ella tiene una escuela de danzas folclóricas y le enseña a los japoneses kung. Entonces ella es alegría y sonríe. Que son buenísimos porque son los más disciplinados yo me acuerdo por el tema del flamenco cuando empezaron a aprender flamenco ganaban todas las competencias internacionales por la disciplina exactamente por lo disciplinado se aprenden las cosas así pero mamá esa alegría todo el tiempo y ahora mi padre que siempre estuvo y como estos dos porque están juntos ahora vive riéndose enviándome vídeos de gatitos que alimenta por ahí y se escucha en su risa es muy interesante el cerebro tu amigo tu conocido se quita la vida muy poca gente llora y te ven a ti un hombre llorando a mares ¿cómo reaccionan frente a eso? tu ambiente y tu papá también. Mi papá siempre se dio cuenta que yo lloraba mucho yo creo que por eso fue tan estricto en Japón porque realmente el tema de llorar generó mucho bullying en la escuela pero bullying por parte de las niñas porque realmente el tema de llorar generó mucho bullying en la escuela, pero bullying por parte de las niñas, porque los niños no me venían a llorar, porque yo nunca lloraba en una pelea, a mí me daba risa y me fascinaba el pleito y la agresión y todo, y monté la horrorosa allá porque yo era latino y nunca habían visto un cabezazo. Entonces que me llamaran al psicólogo de la escuela a decir, ¿usted le pegó al otro niño? Con la cabeza. Y yo decía, sí. ¿Y por qué con la cabeza? Porque el otro niño tiene un chichón y usted no tiene nada. Seguro no le lanzó algo o fue por la cabeza. Y yo no sabía explicar en ese nivel de japonés. Es que el que entra primero no le lanzó algo, fue por la cama. Y yo no sabía explicar en ese nivel de japoneses que entra primero no le duele tanto más. Un caso grave de violencia. Pero si una niña me hacía una piada o así, me partía el alma. Y se me salía una lágrima. Si una niña decía yo no me quiero sentar con el extranjero porque yo no... Ya eso me partía. Y los niños no atrevieron a decirme nada porque me encargué de ser como el terror allá y era paradójico para ellos, decía él es como endemoniado, pero las niñas lo hacen llorar. Nunca tuve novia japonesa por eso nunca pude congeniar con una japonesa y yo mismo no entendía, pero porque soy porque hay una parte en mi tan débil frente a a la mujer el asunto es que yo lloré cuando mi amigo yo digo mi amigo pero era el senpai, el superior, exitoso, la figura de todo. El colegio se quita la vida, yo lloré a mares y no entendía por qué los otros no lloraban. Y con el tiempo entendí. Estaban acostumbrados. A la muerte. Al suicidio. Era parte de la realidad cotidiana de Japón. El tren se detiene y avisa, alguien se lanzó y otra vez arranca. Entonces, cuando comenzamos a traer japoneses a Colombia, ellos eran los que ahora no entendían lo mataron por un celular y lloraban solo de contarle una noticia y tal y los japoneses pero como así, no tranquilo el colombiano no llora por eso el colombiano dice le dieron mal nos impresiona más el que se lanza claro, uno llora por el que mataron y el que dice vean pues y cuando uno llega a Japón uno le impresiona pero porque se quitó la vida y también es impresionante pero porque le quitaron la vida entonces esos dos mundos tan paradójicos, tan extremos han sido para mi un desafío enorme de buscar equilibrio, equilibrio en mi vida, de administrar bien las lágrimas, no las puedo soltar en cualquier lado, porque me fluye, de administrar también el control que me brindó la cultura japonesa. Yo no tengo nada de ese control. A mí se me fueron. Pero entonces a los 15 años decides, cuando me dices que decides hacer algo con respecto al tema del suicidio, ¿esa decisión se materializa en forma de? Tom Dachi noai le llamamos, el grupo de la amistad. Otro amigo latino. Comenzamos a hacer sensibilización en el tren. Como es el lugar donde más se quita la vida. El suicida siempre busca, según el análisis, lo que pasa es que el suicidio es multifactorial. Influye hasta el invierno, hasta el frío. El sol, la alimentación, la cultura. En Japón el exceso de paz, por ejemplo, es un factor muy grande. Y un resultado del estudio de la universidad es que Japón sufre de exceso de paz. ¿Y eso qué es? Pues que aquí no pasa nada. El tren llega puntual, nadie ataca, nadie roba, no pasa nada. Entonces llega puntual los nortas ganan roban no pasa nada entonces todos se portan muy bien y de repente alguien lo que se suicida o le da por matar a otros no muy raro pero eso pasa en los países donde la vida es tan perfecta y eso no existe entonces como él el japonés vive en esa paz, una de nuestras soluciones es tener amigos latinos y usted no va a querer resucitar, va a querer matarlos, ¿no? Porque llegan tarde, porque se meten en líos, porque hablan duro, porque le hacen pasar vergüenza, pero usted va a sentir molestia. Si usted es un japonés tradicional, va a sentir molestia de cuánto tiempo lleva aquí en Japón y no sabe eso. Soy turista. Mamá dice, soy turista. Lleva 36, 5 años allá y dice, es que soy turista. Entonces, un japonés tradicional dice, ¿por qué son tan descarados? ¿Por qué llegan tarde? ¿Por qué están subiendo a toda hora? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Pero al mismo tiempo dice, ¿y a dónde vamos a ir la próxima vez queda adicto a los latinos los hacen sentir sí porque el latino latino sufre de otras cosas pero no se abogó en un vaso de agua él ha vivido situaciones acá realmente duras y la muerte es especialmente ágil para enfrentarse a la muerte. Hay otras cosas muy tontas que no crecen en un latino. Pero la muerte no. Porque la muerte, el latino convive con ella desde niño. ¿Cuándo lo mata ese perro? ¿Cuándo lo mata una bala perdida? ¿Cuándo lo mata el bus? ¿Cuándo lo mata...? Todo el mundo lo quiere matar. Entonces el latino estaba ya muy habituado a enfrentar la muerte. Y si usted me llega tarde le aseguro que lo mato a correal va a volar un poco al zarzo y cosas así que uno dice y les daban y me reventaron y me dejaron marcado entonces uno dice el latino llega a un país como Japón y ve como muy mogollo muy fácil las problemáticas de los japoneses. Pero hay otras que él dice, eso sí es muy difícil, porque son culturas diferentes. Entonces, mi labor, por ejemplo, en Colombia es enseñar de alguna manera al colombiano, a mi cultura, decirle, aprendamos de ellos, seamos más disciplinados, más puntuales, no tan emocionales en ciertas áreas, hagamos esto más profesional. Y en Japón todo lo contrario. Llegué tarde, salgas, eres al preso, eres a matar por eso. Y también llegó la última fase, bueno, no la última, fue la penúltima fase, fue la última fase solo que fue muy exitosa, vamos a colombia eso se demoró mucho hasta que alguien dijo voy porque paradójicamente quieren suicidar todo el tiempo yo hablaba usted piensa mucho en la muerte si si si tengo un plan vamos para colombia uy que bien cambiar de entorno ayuda tal tal investigaban un poquito y me decían tengo miedo y porque y si me matan y de pronto es que no quiere y no es como lo pintan caminando vamos juntos comenzamos a ciudad bolívar hospedados a Ciudad Bolívar, a hospedarlos ahí. Yo ya no vivo allí, ahí se quedó un japonés viviendo, se casó ahí, ahí está, Hirokazu. El asunto que es ese intercambio cultural, ese turismo social a Ciudad Bolívar fue maravilloso, porque todas las terapias que hacíamos en Japón, que son muchas, y todas son muy interesantes, solo conté unas, pero no superan lo que pasa cuando uno deja a un japonés en Ciudad Unida. O sea, lo que pasa en su corazón, en su alma, al ver la gente, y sin entender el idioma, que es lo más importante. Si yo me quedo, traduzco y daño el proceso, pero lo dejo ahí, la vida que le inyecta es increíble y también como ellos aprenden y duramos con él hablando hasta las 2 de la mañana en qué idioma no sé pero hablamos con él se me perdió el japonés me lo dejé aquí no es que fue a la panadería y el de la panadería me lo pidió prestado. Me lo pidió prestado. Sí, para que probara los panes y todo, y allá que hiciera panes y el de la panadería al otro lado, para terminar en un colegio y yo buscando de japonés. No, una estrella, no le hacen nada malo, todos se quedan con japonés aquí, ¿qué hacen? Fue hermoso ver ese proyecto, pero bueno, ya lo termin terminamos ya estamos en la última fase que es llevando latinos a Japón en peregrinaciones de salud mental a la cual está por supuesto invitado. ¿De verdad? Sí, así yo me voy con 42 latinos por Japón buscando equilibrio. ¿Cuándo? ¿Cuándo? ¿Cuándo? Vamos. Por el momento estamos viendo como empresarios personas que pero realmente yo siempre lo pensé con las personas las figuras públicas como de alguna manera yo entro allí también en algún momento y digo caramba qué es esto tan terrible o sea que que existe situación un auditorio con seis mil personas salir y del auditorio del hotel sentirse tan miserable. ¿Qué es esto? Ya había leído esto de los famosos. ¿Qué es esta situación? ¿Lo sentiste? Sí. ¿De qué forma? Cuenta, cuéntame. Me llamó mucho la atención. Uno jura que tiene un talento, pero es una patología muchísimas veces. Es el cerebro que para sobrevivir desarrolló un talento para sobrevivir. Yo tengo 45 años, soy de una época donde los niños tenían que ganarse el afecto con calificaciones haciendo algo. Dígame, ¿para qué sirve? Y sin embargo, así como que yo lo hacía en mi época, era mejor. Pues uno se ganaba el favor y el afecto. No como hoy que uno mira a un hijo y le dice, hijo, yo a usted lo amo, haga lo que haga, lo amo y punto. Y eso no lo ponga en duda jamás. No, antes se lo ponían en duda por todo. Y les daba miedo decirle que lo amaban a uno incondicionalmente, no se hace dañar. Yo soy de esa época. Yo también, estoy 48. Sí, entonces uno crece con un talento enorme para sorprender a los adultosos y dicen, uy, míralo como baila, míralo como canta, este sí salió bueno, este sí, este sí. Y uno entonces desarrolla un talento y en algún momento eso se hace público y la gente dice, es un orador increíble, tiene un talento para hablar. increíble, tiene un talento para hablar. Pero como eso es un talento y es una cruz, cuando uno lo ejerce y lo cumple, nunca queda satisfecho. Es un hueco sin fondo. Eso es un hueco sin fondo. Yo he estado ante auditorios de 13,500 personas en México. De eso que uno dice, wow, ¿dónde hemos llegado? Y sin embargo, otra vez, del auditorio al hotel, más cuando hay guardaespaldas y que lo llevan a uno ahí y lo encierran ese tan miserable que se siente o levantarse al otro día y sentir que no ha hecho nada en la vida ese vacío tan enorme, todas las personas seguramente lo tienen son de mi época un porcentaje muy grande pero los famosos, los autores, tienen que convivir con eso y eso es muy fuerte si en el camino se encuentran una droga, se encuentran el licor, alguna situación pues eso les amortigua mucho pero abre otro hueco porque eso es un hueco sin fondo entonces cuando yo descubro eso y me afecta muchísimo me afecta el punto de que como yo soy trabajador socialismo conferencista pero ahora estoy en escenarios enormes como conferencista salía de los hoteles de méxico de muchos lugares así a la una de la mañana a correr en una pantalón de micarrul a correr, a correr y eso fue para mí tengo que correr, tengo que correr y correr, y correr, por los barrios más peligrosos y con unas ganas de que me asaltaran no para poder sentirme humano que alguien me dijera tené celular pero tené celular no es una foto lo que quiero, no, es una gracia, de verdad, pucha porque me han pedido tantas fotos, pero siento que nadie me aprecia por lo que soy, sino por lo que hago. Por ese personaje. Sí, entonces quiero que alguien me trate como un ser humano. Y corriendo en las noches en México, me encontraba con personas en la noche que yo decía, se armó. Yo soy trabajador social y realmente me fascinan esas cosas, por eso viví 15 años en Ciudad Bolívar. Me fascina el caos, el pleito, todo. Pero eso se perdió. Yo ya no puedo ir allá porque llegó Yoko y Kenji, eso sale vivo y fortísimo, entonces ya no soy trabajador social de la zona por ser figura pública. Pero ahora estoy en un barrio de X de México corriendo y me decían, venga usted no es el de... Sí, terrible. Entonces uno dice, la gente no tiene la culpa de eso, no va a pensar que no me gusta que me pidan fotos, que me saluden, no, lo amo, solo que hay una realidad en las figuras públicas que me salvaba cuando mi esposa me decía, nos vamos para Japón, y yoón un mes camine y allá se acababa todo porque no nos conocen, no saben que... y si es famoso igual ya no saben, igual no importa, solo eso todos son lindos porque son grandes, blancos y tienen ojos grandes y los japoneses todos les parecen, entonces ya no hay eso y esa terapia dije Japón es un país que las personas que estén sufriendo de algo así de una situación como la que yo sufrí deben ir a desintoxicarse un poco de la fama las redes pero no hacer el típico turismo de Japón no el turismo de los pueblos el turismo del equilib pueblos el turismo del equilibrio el donde uno está disfrutando esa soledad mórbida de los japoneses que uno dice wow que es esto y le da mucho equilibrio mucho equilibrio yo debo tener algo ahí estoy seguro que voy a reconocer algún lado algo va a pasar tengo fascinación con eso y lo que te digo, leo Murakami y es como sentirme sumamente identificado y también yo soy de papá argentino y el argentino tiene un poco esa nostalgia, el tango, el argentino es nostalgia, yo siempre he dicho que yo soy más sureño que caribeño, yo soy mucho más del sur, más rockero, me gusta el frío, o sea, yo en el Caribe estoy más o menos para los bailes. ¿Y en qué momento decides, porque empiezas con el trabajo en Japón, empiezas a, identificas, encuentras un propósito, ¿se puede decir? Es correcto. Que encuentras un propósito en Japón. Sí. Porque, ¿en qué momento ese propósito de traer de regreso a Colombia? Si era tan evidente el problema en Japón, ¿no? Yo quería hacer trabajos sociales de campo en algún lugar complejo. Todos anhelábamos ir a África, a la India, que nos enviaran a la India. Un deseo de sufrir. Es inconsciente. ¿Que te enviara a quién, disculpa? Las instituciones como la YMCE, alguna institución donde yo era traductor. Necesitamos voluntarios para tal lado. Que me toque tal lugar. Pero yo guardé gratos recuerdos de Ciudad Bolívar, de mis visitas en mi infancia, porque no es que yo llegue allá, yo soy de Ciudad Bolívar. ¿Tú creciste en Ciudad Bolívar? Mi mamá y me llevaban a ver los abuelos, entonces me dejaban ahí algunos momentos, alcancé a estudiar ahí en un colegio un tiempo, entonces esos recuerdos fueron muy importantes para mí y yo dije no me fascinaría hacer trabajo social en Ciudad Bolívar ya que nunca me salió para India, para África y quise experimentar, regresar, jamás, solo por un tiempo, nunca imaginé todo lo que iba a pasar, nunca imaginé que realmente íbamos a lograr traer muchos japoneses a la localidad, que se iba a armar todo este maravilloso alboroto que le dio un poco más de sentido da mucho sentido a la vida y seguramente por eso fue que decidimos retornar a Colombia cuando nuestro hijo mayor Kenji David tenía 10 meses él nació allí en Yokohama retornamos a vivir ahí un tiempo pero nos gustó demasiado y veíamos que podíamos hacer más por los japoneses incluso estando aquí más que estando allá porque era como que hablarles en japonés yo vivo aquí, no me pasa nada, venga, visítenme no me pasa nada, entonces era como que bueno si quien está allá es japonés entonces vamos y comenzaron a llegar con mayor tranquilidad ver que yo sí no es que los llevo a hacer un tour por allá no yo vivo acá esta es mi zona mi barrio mi gente y los voy a hospedar no en mi casa sino en casa de amigos la experiencia va a ser va a ser buena es extrema porque es turismo social es en claro como unas favelas me tocaba explicarles pero va a ser una experiencia que les va a cambiar la vida y si realmente pasaban había nervios la primera vez que llegaron siete japoneses y los regué por siete barrios distintos. Bellaflor, Paraíso, San Francisco, Candelaria, todo había nervios. Y a los tres días ir a ver cómo estaban, pero ya dijimos, wow, esto lo vamos, dejemos, dejemos, y eso. Cuando yo llego, traduzco y se daña todo. Porque cuando hay traducción, ¿usted en cree finalmente, corriente política, qué le gusta. Pero cuando no hay traducción, denme la mano, vamos allí. Reírse, abrazar, entonces ese idioma universal sanaba mucho a los japoneses. ¿Y a los colombianos? A los colombianos les daba curiosidad hablar en japonés y de ahí hacer preguntas, desde las más sencillas, ustedes si comen perro o no comen perro, hasta por qué hacen tantos carros, por qué tienen tanto dinero, por qué son tan exitosos. no es más pequeño que Colombia tiene menos terreno pero la disciplina hace que tenga mucho éxito pero chévere porque ustedes no sufren pobreza bueno fue más pobre que Colombia tuvo una guerra peor que la de Colombia entonces era como un ejemplo de un país que lo logró porque no vamos a poder nosotros lograrlo entonces ahí se generó como ese discurso que de de dos culturas que se pueden aportar sin compararlas, simplemente aportándolo. A mí sí me interesa mucho tu persona y te lo voy a decir muy honestamente. Yo no sabía quién eras, pero mi estilista, que se llama Víctor Abril, es un gran seguidor tuyo. estilista que no víctor abril es un gran seguidor tuyo y él fue el que me mostró y y solamente como algo dije no yo lo quiero tener lo que lo quiero tener lo quiero tener como me interesa de esa persona y como como no conozco tanto de la pública y lo con ese personaje y hace un momento dijiste que todos luchamos con demonios, yo sí quisiera, lo que me quieras compartir por supuesto, sobre esos demonios, los que tengas identificados, porque además siento que nos pasa mucho y una de las grandes razones para hacer este espacio es que el público en general cree que si eres exitoso de esta manera, en el que tienes seguidores o te oyen, o llenas auditorios o algo, pues no tienes ningún problema en la vida. Y simplemente lo traigo a colación porque dijiste que todos tenemos esos demonios y como me interesa tanto esta persona, me gustaría saber si los tienes identificados. Ni siquiera tengo por qué saber cuáles son, pero si los tienes identificados de alguna manera. En realidad es solo uno, es solo una bestia que tiene tentáculos. Y de hecho, el haber pensado por mucho tiempo que eran demonios, fue lo que en realidad confundió un poco. Es que depende del contexto, las alegorías funcionan, pero cuando uno quiere profundizar un poco más, descubre, wow, solo es una bestia, es solo uno, y esa bestia al mismo tiempo es un niño, ella no puede ser, yo sé que yo tengo una bestia adentro. Y yo me avergonzaba de ella porque lo dije ahorita era parecía una bipolaridad es decir Yokoi es llega a un lugar y dice ya no puede entrar señor cerramos a las 9 pero faltan 7 minutos Yokoi dice ah bueno es el guardia de seguridad está diciendo que se faltan 7 pero igual él sabrá por qué lo hace Yoko se devuelve pero yo no soy casado con una japonesa, soy casado con una latina que dice y usted, que acaso no ve que no son las, dígale yo no, pero él dijo que no sí, pero no estamos en Japón porque en Japón realmente no, aquí esa otra persona entró y usted, el que no, él lo dice pero Yokoi se comporta o no o sale entonces Kenji y Kenji no es amable, ni respetuoso Kenji ya no dice amigo de todas maneras yo sé que falta, pero rapidito ya entro Kenji ya dice ah, sí, todas maneras yo sé que falta pero rapidito ya entro Kenji ya dice, ah si mi amor, si mi amor, él me está engañando Mentiroso socio, quité, quité, quité Ahora mi esposa, porque lo está tratando así Usted no dijo, es un mentiroso Es un incoherente, mentiroso ¿Por qué tiene que ser? o agacha la cabeza y dice o si no matemos ¿por qué? que bipolaridad porque yo la he visto discutir a ella y la forma en que discute a mi esposa es, uno dice, wow que vergüenza claro así se hace, que profesional caballero usted está alzándome la voz y eso así no va a funcionar yo prefiero que me respete y nos respetemos, más no dicen, wow cómo puede decir todo eso, yo ya quiero estar encima hablando, mi japonés no haría eso, solo decir, seguro hice algo malo, y este señor se puso bravo, pero el otro la bestia le llamaba yo Kenji, es déjenlo que se acerque y meta de un manazo, déjenlo que... Kenji, el trabajador social que se mete a los lugares más peligrosos, las favelas de Río de Janeiro, me las conozco, todo, todo, buscando acción, locura, buscando sufrimiento. Entonces, buscando la cohetera que me daban de niño, porque eso me hacía sentir amado. Me pegan es porque les importa sí porque me quiere entonces uno no sabe todo eso hasta que ya con el tiempo va a terapia se instruye un poco más analiza la situación dice no son demonios es una bestia pero no es una bestia es, sí, no sé si yo aprendí por terapia a meterme en el bosque de mi infancia a ir a buscar la bestia para congraciarme con ella, ya sé que no la tengo que tener amarrada ni doblegada por allá, no, tiene que estar libre, pero debo amigarme con ella y la clave está en mi niño, entonces yo duré muchos años peleando con mi bestia y sus tentáculos, y a veces uno se obsesiona con ciertos tentáculos, tengo esto, y por eso hay que tener mucho cuidado con los diagnósticos a la ligera en estos temas, deben buscar un profesional de la salud mental y la supervisión de otro y otro, hasta poder entender bien. Porque es compleja la mente. Hasta ahora estamos descubriendo cosas. Pero lo que sí es real es que la clave no está en la bestia, en el síntoma fuerte, sino en el niño. Y son soluciones que uno dice, no puede ser. Eso es lo más. Eso tan tonto, eso es el problema. más esto tan tonto eso es el producto y no es tanto es bastante fuerte descubrir es en el bosque ir a buscar el niño y la bestia a ver cómo son uno al mismo tiempo fue esencial en mi proceso de poder dejar de estar haciendo cosas cada vez más grandiosas, más grandiosas, como un adicto, ni siquiera al aplauso, al éxito que eso genera o al dinero, sino a sentirme útil, a decir yo hice algo e ir a dormir, pero no entender por qué a la semana levantarme un día sintiéndome completamente miserable o estar corriendo a la una o dos de la mañana buscando peligro, buscando ya a esta edad. Y eso pasó, por eso aprecio tanto estar aquí, por su mensaje que ha llegado a todo el mundo hispanohablante especialmente a nosotros los hombres y eso pasó ahí en esa edad un hueco de los 39 a los 42 se abre una ventana hay un escritor que habla justo no sé por qué lo tiene tan preciso 39 a los 42 se va a abrir una ventana otra vez y muchos no toman la oportunidad que se abre ahí pero el que la tome la vida le cambia drásticamente otros por sus compromisos les puede, les gana la agenda les puede las cuentas, el dinero todo, dice no me importa no le hacen caso a la ventana, porque puede más el estatus, y para eso me tomo un café, me drogo, cualquier bajita, pero algunos dicen, no, algo me está diciendo la vida, me está aventando, y la tendencia es, va a mandar todo para el carajo, es la única forma, si no lo hago, no, entonces me tomo un año sabático, y no quise no entonces me tomo un año sabático y no quise volver me tomé un año sabático, tenía dos años de agenda la devolví toda, entregué todo me tomé un año sabático y ya no quise volver por eso realmente no estoy tan ocupado por eso estoy aquí, realmente porque dije yo no vuelvo a eso eso es un hueco sin fondo no puedo volver a ese y claro la cantidad de plata que se pierde es mucha porque eso hace, pero usted podría estar dando una gira, pero usted puede, pero sí, pero pero no porque tengo una cita mucho más importante de vida con mi niño interior con mi bestia debo confesar yo encuentro unos huecos en mi infancia en el bosque de mi infancia ahora los aprendí como a ubicar no los logro tapar o sea no se llenan con nada para mí es triste eso decir caramba o sea eso no tiene cura parece que tuviera como enfermedades que no se curan pero la terapia me ha enseñado tranquilo lo importante es no caer ahí la vida es muy grande el espacio muy grande en el bosque solo ponga banderas y ahora me siento en una película con banderitas corriendo para encontrar otro hueco contra otro hueco y no importa cuánto yo le expliqué esto a mi esposa y sea condescendiente conmigo y es que es que siento esto es que siento y ellao, hagámoslo. Igual siento por otro. ¿Sabe qué, mi amor? No es culpa, no es pedo suyo. Ese hueco no se llena con nada. Ese hueco no se llena con nada. Tráteme pasito, que soy sensible y todo, pero igual. Así lo haga yo también sé que es uno. Entonces, venga, yo pongo más bien unas alertas. Y sí, estoy en eso. Como, ¿qué hueco se encontró, qué demonios se encontró. ¿Cuál tienes sumamente identificado? Yo tengo el tema con mamá, una relación compleja, la tengo muy identificado. Y aún así todavía no he encontrado, a pesar de todo, no he encontrado una forma de navegarlo. Y aún así todavía no he encontrado, a pesar de todo, no he encontrado una forma de navegarlo. Sí, igual, igual. Con mi madre eso sería tema largo para hablar, pero uno puntual en mí es, y he heredado de ella, es que siempre muy dado a las personas, a la gente, siempre sirviendo, por eso trabajador social, sirviendo y sirviendo y sirviendo y sirviendo y ayudando y ayudando y ayudando, jurando que lo hacía por puro amor a la causa, a la noble pasión de lo social. Y era mentira. No me quita el hecho de que fue hermoso. Suena lindo. pero honestamente es una búsqueda enorme de hasta egoísta de poder sentir que hago algo que sirvo para algo, como si solo existir no fuera ya suficiente y estoy adicto a ayudar y si no ayudo no me siento nada y eso es sentirse como Dios eso es bastante ególatra así que deje de ayudar a ver qué pasa casi me enloquez bastante ególatra, así que, deje de ayudar, a ver qué pasa, casi me enloquezco, oiga, sí, tengo que estar, yo voy en el carro, si se varó alguien, me bajo, y empujar el carro, segunda, sangletía, qué alegría, y problema, y robaron allá, y agarré el ladrón, y agarré muchos ladrones, en Ciudad Bolívar, y después estaba defendiendo al ladrón, y por qué le van a pegar así, no, pues entonces, si le van a pegar a él, me pegan a mí. ¡Ay, dale a él también! Mejor dicho, un caos. Una cosa así loca que uno dice por encima es un líder social, pero en el fondo usted es un niño llorando, buscando. Buscando amor. Es que suena tan en terapia uno dice no me diga eso doctora usted está buscando amor suena tanto doctora pero tiene toda la razón y buscando amor ha hecho cosas maravillosas ha hecho cosas increíbles buscando amor pero no lo va a encontrar así corriendo como loco, no lo va a encontrar. Debe ir a la fuente. ¿Está viva? Sí, mamá, está viva. Qué bueno. Debe ir a la fuente. Vamos a hablar con mamá. Fui a la fuente. Ella no quería escuchar porque está obsesionada con su fuente. Y no perdona su fuente, la abuelita. Y no se da cuenta que eso me afecta a mí, su hijo. Pero ella no logra... Ella se siente hija. Y yo al mismo tiempo no me doy cuenta que estoy afectando a mis hijos. Alguien tiene que detener esto. Y es donde digo, no, no, ya entendí, es asunto mío, he entrado en una terapia maricleta con mi esposa de Yokohama a Niigata 350 kilómetros nunca hemos andado una cantidad así pero no me importa yo estoy en una vida de le digo a mamá quiere ir mi mamá es así vamos vamos mamá va mi esposa aquí 408 kilómetros luego atrás se fue mi hijo y mi hermano menor hachime y mi hermana tamal entonces era como que de todas maneras agradezco enormemente a este trabajo público del cual me tomé el año sabático porque gracias a eso y a esa economía pudiera hacer locuras como que compremos bicicletas japonés montañoso eléctricas para ellas nosotros en las normales y nos vamos así sea despacito pero nos vamos a llegar hasta donde está papá mi padre preocupado porque el japonés, en el camino salieron hasta osos, me dicen, y sí, salieron micos. ¿Tus padres no están juntos? Sí, sí, sí, por eso él decía, ¿por qué no se vienen en tren? El tren bala está para eso. No, es que queremos ir en bicicleta. Y mi madre con 64 años se le midió y fue maravilloso. Espectacular. Fue una verdadera... Espectacular. Yo soy runner, yo corro, pero no imaginé que la bicicleta fuera tan terapéutica, porque como fueron tantas, cinco o seis horas bajo la lluvia y todo, o sea, era una terapia con unas ganas de decirle a mamá usted pero no puedo porque no podemos parar entonces recibir la respuesta solito y luego parar y estar allá y decirle está bien mamá me verraca usted, no yo estoy bien solo me dan miedo los camiones pero yo estoy bien entonces fue fue hermoso, está ahí en Youtube registrado el viaje el viaje de bicicleta por Japón, más que ir a verlo vamos en bicicleta por Japón yo soy loco si escuché la bicicleta para mí no solo es terapéutica, estoy seguro que probablemente cuando a mí se me abrió esa ventana de la que hablas, que a mí se me abrió a los 42 años justo con el nacimiento de mi hija, yo no sé. Haga tu próximo paso con American Express Business Platinum. 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Fue una experiencia hermosa que no imaginé, no imaginé que fuera tan importante lo de andar en bicicleta. Pero, wow, qué increíble poder hablar de estas cosas hoy en día. ¿Cierto? Yo lo hago en las conferencias y pues es delicioso porque uno ve a los hombres medio que acentuando y como que diciendo, uy, no lo cuenten, no lo digan. Por eso admiro tanto esta labor, este mensaje, este trabajo, porque tengo muchos amigos colombianos que yo admiro porque son tesos, son gente increíble, de esas personas que evolucionan y que uno con una llamada lo sacan uno del lío, que sea y venga y vamos y frenteamos y tranquilo y que uno dice ¡wow! ¡Qué bríos tienen! ¿no? Tan enorme. Pero ya hablando de esto, ellos se niegan a contar, pero cuando la sueltan me dicen en las mañanas, tapado con las jovias, lloro como un niño, lloro como un niño de miedo, cargado de miedo, cargado de miedo. Y luego voy y me baño, nadie se da cuenta, mi esposa no se da cuenta y les digo, ¿qué hubo? A mí después, hoy la rompemos. Y entonces uno solo ve la parte de hoy, la rompemos. Claro. hoy la rompemos entonces uno solo ve la parte de hoy la rompemos claro pero venga y por qué llora este miedo tan terrible porque yo no tenía nada que perder entonces yo era como muy fuerte pero ahora las niñas se crecieron tengo varios negocios tengo que cuidarlos se metieron a uno el asunto es que tengo que enfrentar muchas cosas y todos saben que yo soy el mejor para eso eso me dice porque me hace decir estas cosas así me dicen no pero es que me interesa hágalo por mí yo soy un paciente que necesita saber qué es lo que me pasa. Y yo a usted lo veo tan fuerte y tan duro. Yo quiero ser como usted. A mí, de alguna manera, al llegar a Japón, yo perdí algo de la tenacidad, de la verraquera de mi abuelo, de mis tíos, de los colombianos. Yo vine en busca de eso. Y yo quiero aprenderlo, adquirirlo. Vengo de un país donde se preocupan demasiado por cosas no tan importantes. Y yo quiero esa tenacidad de ustedes pero ahora pues ya en esa etapa donde una dice ustedes lloran como yo se levanta sintiéndose miserable pero no le he contado ni a mi mujer wow en serio y por qué y ahí comienza todo el tema hablaste de terapia? ¿Cuándo identificas la necesidad de ir a terapia y que despierta esa búsqueda? Primero fue por violento en Japón, porque le pegué a un niño y me mandaban al psicólogo a toda hora. El psicólogo era el mismo maestro de bellas artes a mí la única clase que me iba bien era artes y que justo el psicólogo fuera el de artes hacia aquí tuviésemos una conexión especial él era el que me hacía le pegó al niño y porque y por qué porque cuando le decimos si le pegó al niño responde con tanto orgullo. Porque los japoneses dicen, sí, le pegué, perdón. Y yo, sí, se la ganó. ¿Por qué está orgulloso? Venía de una cultura así. ¿Cómo que o el otro? Le decían, no. No estamos criando bobos. Y ahora estoy en un país donde no, eso no es así. Eso es malo. Evolucionaron realmente. Y los japoneses van a terapia porque eso es normal, ir a terapia es normal, ni de débil, los países más desarrollados no se conocen por sus carreteras o sus edificios, sino por el desarrollo cognitivo de sus ciudadanos, si la gente normalizó ir a terapia es porque ese país realmente está desarrollado, no por sus... Qué buen dato. Entonces, y eso, claro que lo necesitaba el japonés, por su guerra y etc. Ahora estoy con un psicólogo japonés y todo me hacía escribir, escriba, escriba, escriba en español, yo después traduzco, pero escriba, ¿por qué le pegó al niño? ¿Por qué lloró por eso? ¿Por qué dañó eso? Una vez a la semana usted está haciendo algo, es cíclico, una vez a la semana usted está haciendo alguna cosa, su cerebro se desespera y quiere dañar algo romper algo, pegarle algo, una vez a la semana ¿qué será? y yo lloraba y lloraba a mí solo que me preguntaran ¿por qué hizo eso? yo lloraba, lloraba, a no ser que fuera de pelea o algo, pero cuando me tocaba en cualquier situación, ¿qué siente? No. Y escriba, y me hacía escribir mucho, eso me ayudó muchísimo seguramente, en mis reflexiones, porque no eran japoneses, eran en español, y en una de mis respuestas ¿por qué cree usted mismo que es así? yo pensé en español, lo respondí yo creo que estoy loco en español, en japonés era estoy loco y el profesor dijo si son los japoneses analizamos se quedó, ato quieto, como si hubiera dicho algo muy profundo, vamos medio, vamos, siga. estaban los libros que no podía leer los pequeñitos, por eso estaba, sacó un álbum gigantesco, lo abrió y me dijo, mire, vean las pinturas de él, dicen que él está loco, pero logró muchas cosas con su talento, y era Salvador Dalí, y yo comencé a ver eso, y sentí demasiadas cosas, yo dije, wow, ¿qué es esto? demasiadas cosas yo dije wow, que es esto o sea está loco pero me fascina lo irreverente y se mezclaban habían cruces, estaba Jesús entonces había mucho de mi cultura de mis creencias esos elefantes con patas raquíticas, el fuego la sexualidad también. Todo lo que yo sentía en esa edad era como que alguien se atrevió a plasmarlo sin una palabra y es arte, esto es arte, es válido, se puede, sí. Fue como si me dijesen, no es un caso perdido, todo lo contrario ser un talento hoy en día tenemos en Figueras frente al Museo de Adelín dos apartamentos que estamos adecuando amo ese pueblo, no sabes cuánto me gusta increíble, verdad has ido a comer arroz a Cap de Creus? sí oh, sí, sí, sí lo amo y hablando de bicicleta hay un camino que no se hace mucho yo lo hice porque pues a mí me fascina pero uno se puede venir desde arriba como es de Cap de Creus sí, sí, sí por un caminito así, así al lado, bordeando el mar wow la próxima vez que estés por ahí averigua que es bien especial hasta ahora lo estoy descubriendo corrí con la suerte de que una familia de mi esposa vive allá me dijo están vendiendo zapatos yo fui lo vi desde la ventana se ve el museo de Dalí es en toda y ahí se ve el museo y se ven los turistas muchos franceses japoneses sentados allí y yo recordando era muy posible que no resultara sino en problemas mi forma de ser mis locuras y demonios crisis que no resultara sino en muchos amigos que no resultara sino en muchos amigos a la cárcel, al suicidio, al... ¿Sí? Sí, claro, sí, sí, sí. ¿De Ciudad Bolívar o de Japón? En Ciudad Bolívar, bueno, por otras situaciones, ¿no? temas de las barras bravas y todo eso y la violencia pero en japón digamos que mi grupo mi promoción de peruanos japoneses colombos japoneses todo brasileño japoneses se volvían japoneses o se volvían latinos en término medio era como difícil no muy aceptado y muchos en las garras del suicidio u otros a la violencia extrema de decir bueno hagamos una una locura en este país hagamos un combo y montemos la horrorosa en un país armemos un combo y montemos la horrorosa en un país tan estricto y lo así entonces uno estaba como ¿qué hago? creo que me funcionó esto de lo social, me gustó mucho ser traductor de trabajadores sociales y inclinarme por ese lado siempre fue como raro para mí porque nunca fue muy tranquilo siempre fui muy exagerado muy arriesgado de adrenalina deportes extremos y la gente decía usted es trabajador social, usted es voluntario, usted sí, usted quédase por allá trabajando en muchas iglesias nunca imaginé tampoco que iba a terminar en Colombia y digamos no desde Japón sino desde Colombia alcanzar como ese reconocimiento que sana mucho que bonito todo lo que lo que ha pasado fundamental en mi vida fue casarme a temprana edad ser papá tan joven yo quería yo quería ser papá desde temprano quería ser papá desde los 16 ¿y con tus hijos? ¿cómo cómo cómo es ese ese balance esa disciplina? ¿Te pareces más a crianza de papá o de mamá? Alcancé a traumar bastante el primero. El conejito de Indies. Ya le pedí perdón tantas veces. La última vez le dije, ya me perdone, ahora usted vaya a terapia, hermano. Porque yo ya me cansé de pedirle perdón. Pero él es una nobleza un amor y con el segundo veo el resultado de uno decir caramba de hecho cuando cuando estoy con el segundo y digo listo hágalo como usted quiere es más no lo haga como yo quiero porque no sería su experiencia sino la mía y yo creo que tengo la razón y que usted se va a equivocar, pero no importa equivoquese pero en su experiencia además puede que hasta me sorprenda y acierte pero automáticamente me toca mirar al lado y mirar al mayor y decirle es que no puedo repetir cagué una vez, pues no puedo loco, déjeme, y me dice sí, yo sé papá, sí hijo es que fui muy duro con usted pero pero creo que alcancé porque cuando él tenía siete años ahí ahí fue que yo tomé la decisión de esto no puede ser, no puedo seguir así y no ser tan duro con con mi hijo entonces de ahí para allá de los 7 para allá comenzaron bueno prueba, error pero igual ya ya sabía yo papá está mal perdón comencé a pedirle perdón desde ahí papá está mal me di cuenta porque él salió yo estoy viendo televisión mi hijo mayor sale abre la alacena saca un chocorramo y se lo esconde y se vacía y yo estoy viendo pero uno es un papá uno está viendo todo David ah venga ah venga hermano venga que lleva ahí loco y me mira así un chocorramo está robando dentro de su propia casa y se queda como así ¿Qué lleva ahí, loco? Y me mira así, no socorramos. Está robando dentro de su propia casa. Y se queda como así. Es que no entiendo. Dijo, eso es suyo, usted puede abrir la vacina. ¿Por qué se lo esconde? ¿Por qué está así tan sigiloso? ¿Qué le pasa? No sé, me dice. Y yo le digo, yo sí sé. Es culpa mía. Usted no está en paz, tranquilo, porque yo fui tan duro con usted que usted dice, perdóneme esa es mi culpa y pedirle perdón por esas cosas y él se ríe solo se reía, dijo tranquilo o sea, como sea lo que quiera, incluso si yo le digo no lo come, se lo come, bueno ya se lo comió no puede ser algo tan grave, usted no me puede tener miedo y no puede andar conmigo en su casa, eso es mi error, perdonen ya con Keigo Keigo Daniel, este bendito está en el baño y grita papá, papá, yo voy corriendo ¿qué pasó? no hay papel y yo vendo papel o qué loco en serio papá, no hay papel o sea, con una está la mamá, me llama a mí. Y me toca ir a llevarle el papel. Y yo le digo a mi esposa, ese loco no me respeta, ¿no? Es que ese sí le tiene confianza y no le tiene miedo. Sí, casi me tiro este otro. Tengo que ir a abrazar a este caballero y decirle que me perdone. Y esa ha sido como la dinámica con mis hijos. Igual cuando comienzan a pasarse de la raya, yo les digo, muchachos, voy a caer, yo tengo antecedentes, no me provoquen, ellos ya saben, dicen, uy, nos pasamos. ¿Cuál es? Pues ya compartiste una herramienta muy importante que es la terapia, sin duda, y para nosotros acá es fundamental. Cuando empezamos a crear el espacio, dijimos, necesitamos igual tener a alguien que realmente sepa de salud mental, porque yo, poco. Entonces tenemos a Celia, que es una plataforma donde la gente puede entrar y encontrar su terapeuta ideal, muy muy muy muy importante 35.000 personas están inscritas en el servicio desde que empezamos con 35.000 nuevas personas 10.000 de ellas activas y ¿Cuáles dices para ti? ¿Cuáles crees tú que son esas herramientas? Seguramente ya has dicho muchas durante la charla, pero ¿cuáles tienes claramente identificadas que son tus herramientas hoy en día para mantener a esos tentáculos guardados? Fuentes principales principales, la naturaleza es principal, incluso es de primeros auxilios para mí. Yo sé que la terapia es buena, solo que cuando yo digo terapia, ni siquiera me refiero a estar sentado con un muy buen terapeuta, que eso es delicioso hablando, sino el paquete completo de entender lo que es terapia. Entonces, lo terapéutico y de primeros auxilios que es salir a la naturaleza, caminar, acariciar un perrito. Y cada persona según su historia, su mundo, sus inclinaciones, ha de saber qué es de la naturaleza lo que lo sana, pero es la naturaleza, es una fuente esencial. Otra fuente importante para mí es socializar, nada programado, por eso esto me parece maravilloso, porque no hay guión, por eso esto me parece maravilloso porque no hay guión. Que sí es esencial para mí, que es como la patadita, la buena suerte, la bendición, es hablar con el guardia de seguridad, con el del café, el del tinto, la señora, ¿cómo está? ¿Usted qué hace aquí? ¿Usted cómo vive así? ¿Y de dónde es? Eso me da un equilibrio, me da una vida. Es como que alguien me dijese, ¿quién diga que está todo bien? No tiene que ir a hacer nada, es grandioso, usted no es salvador de nadie mire la vida como es la señora ni sabe quién es usted, solo sabe que tiene que tener esos tintos calienticos ahí y decirle que, ir a hablar con ella y preguntarle de dónde es de qué barrio viene, cómo va todo entonces me acuerda de dónde somos de lo que somos ir a ver las personas socializar, es una fuente para mí esencial. Escaparme de todo eso, ir a hablar con la gente. Esa es otra fuente esencial para mí. Y yo pienso que la música es una fuente que todavía no se me me olvida lo importante, solo me doy cuenta cuando digo, wow, verdad, lo que tiene la música es increíble. Entonces, estar en Tokio, en medio de tantas personas, escuchar al Joe Arroyo y comenzar a bailar, ahí que la gente se quede mirando porque para ellos por mi ropa y la gorra, es un japonés loco y me ven bailando y wow, qué fuente, si ellos vieran esto escuchar ese grito tan agudo hablando de los años 1600 y de esa guau qué delicioso esto entonces un vallenato vallenato bajo las flores de sakura de japón en bicicleta los 408 kilómetros eran 300 algo pero no sé qué hicimos qué rutauta, parábamos bajo los árboles de cerezo y ahí en esa tranquilidad tan hermosa y tan linda, mi familia le daba por poner un mayenato de Diomedes, así que chillaba, eso chillaba, pero estaban ahí todos gritando a pecho herido y uno dice la música es hermosa, es una fuente esencial no nos damos cuenta pero ha salvado a mucha gente del suicidio del suicidio creo que son tres fuentes esenciales y bueno, de ahí para allá la lectura, tantas cosas nos toca hacer una segunda parte, ¿tú qué dices? ¿lo hacemos en el... bajo las flores de cerezo si te sientes abrumado o perdido en tu camino hacia el bienestar emocional o simplemente quieres trabajar en ti en alcanzar tu mejor versión, tranquilo no estás solo Celia te conecta con más de 350 profesionales en salud mental y bienestar emocional que pueden guiarte y apoyarte en cada paso del camino. 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